Historia del escudo de Canarias
Siglos XVI y XVII
La finalización de la conquista de las islas quedó reflejada en la titulación oficial de los monarcas españoles, que pasarán a titularse reyes de las islas de Canaria, lo que suponía otorgar al archipiélago el rango de Reino. Sin embargo, este hecho no llevaba aparejada necesariamente la concesión de un escudo heráldico propio. Las únicas concesiones de armerías que se hicieron en los años posteriores a la conquista fueron las de los cabildos de las tres islas de realengo: Gran Canaria, Tenerife y La Palma, pero el conjunto de las islas, al carecer de cualquier institución o dignidad que abarcase al conjunto de su territorio, no se vio dotado formalmente con ningún blasón distintivo.
Sin embargo, a comienzos del siglo XVI se fue extendiendo entre los heraldos europeos la idea de que todo territorio dotado de un título de soberanía (reinos, principados, señoríos) debía tener un emblema heráldico que lo identificara, aunque no existiera ninguna institución que hiciera uso de él.
Por ello, estos heraldos comenzaron a introducir en las obras que elaboraban escudos de su propia invención para todos aquellos territorios que carecían de ellos. En el caso del Reino de las Islas de Canaria, los primeros ejemplos de que tenemos noticia aparecen en el Libro II de la Historia genealógica y heráldica de los emperadores, reyes y nobles de Europa (1), monumental obra del augsburgués Hans Tirol, custodiada en la Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Allí se reproducen unas supuestas armas del R[egnum] Canariae que no pueden considerarse más que como producto de la imaginación del autor, y que además no coinciden, ya que mientras que en el volumen I se muestra un escudo de campo de azur, con un elefante de plata surmontado de un leopardo o león pasante de oro, en el volumen II el escudo es, en campo de azur, una banda diagonal cargada con los signos del zodiaco de Cáncer, Leo, Virgo y Libra, acompañada de sendas estrellas de seis puntas de oro, y debajo un animal con aspecto de jabalí, de plata. Es curioso que un escudo muy similar e igualmente fantástico sea adjudicado en la misma obra al Reino de Gibraltar, otra de las titulaciones regias.
Un manuscrito de fecha anterior a 1580, titulado Nobiliario de España y escrito por Alonso Téllez de Meneses (2), presenta como armas del Reino de Canarias un escudo de oro con tres cañas de azúcar de sinople y un can atrauesado de púrpura con collar de oro. También este emblema parece totalmente fantástico, pero es de resaltar el hecho de que aparezca por primera vez la figura del can o perro, haciendo referencia a la hipótesis más extendida sobre el origen del nombre de Canarias.
Pero no es hasta mediados del siglo XVII cuando encontramos la primera referencia a un escudo de Canarias en el que ya se aprecian los elementos fundamentales que conforman el actual. A finales del reinado de Felipe IV (1621-1665) Francisco Valonga y Gatuellas, en su manuscrito titulado Títulos de los Reyes de España (3), describe las armas del Reino de Canarias de esta forma: Ave este Reyno e islas por armas siete islas en medio de un mar y con una letra abaxo de oro que dice OCEANI, denotando en las islas las 7 que contiene este reino y las letras del gran mar oçeano denotando que están en aquel mar.
De esta misma época sería otra descripción o representación del escudo de Canarias en la que se habría basado el anónimo autor del mapa titulado Plan de las Afortunadas Islas del Reyno de Canarias, y fechado por Juan Tous Meliá hacia 1765 (4). Aquí figura un escudo que el texto del mapa describe así: Este escudo es el del Reino de las Canarias: 7 Yslas de plata sobre ondas de mar azul y blancas y la faxa blanca en lo alto que simboliza ser Reyno feudatario; y en el gefe del escudo unas letras que dizen Occeano de Oro. Yta Salazar.
Este Salazar sería Miguel de Salazar y Mendoza, quien fue Coronista y Capellán de Honor de Felipe IV, pero no hay datos que nos permitan saber si pudo ser él el creador de esta composición heráldica para Canarias o si sólo se hizo eco de alguna otra obra, como la citada de Valonga. En cualquier caso, la interpretación que hace el autor del mapa anónimo es poco rigurosa: describe como faja lo que en el dibujo aparece como un jefe (parte superior del campo del escudo), y en cambio dice que la leyenda "Océano" aparece en el jefe, cuando en la ilustración forma un arco sobre la corona.
NOTAS
(1) Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, sign. 28-I-10, 11 y 12, vitrinas 21, 22 y 23
(2) Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, sign.9/236
(3) Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, sign.9/495
(4) Tous Melián, Juan. El Plan de las Afortunadas Islas del Reyno de Canarias y la isla deSan Borondón. Santa Cruz de Tenerife, Museo Militar Regional de Canarias, 1996